Comparativa Honda CBR 250 R, Kawasaki Ninja 250 R: Nueva generación motera
Dos deportivas japonesas de 250 ccA la Ninja 250 R le ha salido una dura rival, la CBR 250 R, que llega pegando fuerte y con los deberes muy bien hechos. Dos excelentes maneras de entrar en el mundo de las deportivas, de una forma lógica, económica y con todas las garantías de dos grandes marcas como Kawasaki y Honda.
Desde
ya hace algún tiempo, la persecución que está sufriendo el mundo de la
moto por parte de la Administración, y más concretamente, por Pere
Navarro, está dificultando mucho el acceso a las motos de alta
cilindrada. Los cada vez más escasos noveles de las dos ruedas tienen
que conformarse durante largos períodos de tiempo con potencias y
cilindradas muy inferiores a las conocidas hasta el momento.
Es aquí donde entran en escena las motos de iniciación o media cilindrada como las que hoy nos ocupan. La Kawasaki Ninja 250 y la recién llegada Honda CBR 250 R se han creado para un público que, por propia voluntad o obligado por las circunstancias, necesita una moto de menos de 48 CV. Una nueva generación de motos para una nueva generación de moteros.
La experiencia de conducción sobre una de estas cuarto de litro es confortable, ya que tras sendos carenados deportivos se han diseñado espacios que resultan ser generosamente ergonómicas. En los dos casos, por ejemplo, los manillares son altos y solamente con extender los brazos encuentras enseguida los mandos. Como es habitual en Honda, los mandos son especialmente suaves, el embrague es fácil de accionar y el cambio silencioso. La Ninja también es agradecida, pero no llega a ser todo tan suave como en su rival y se nota un tacto más deportivo, más de moto grande. El asiento de la Honda es sensiblemente más cómodo que el de la Kawasaki, pero no serán problemáticos ninguno de los dos, a no ser que pretendas hacer 500 km del tirón. La autonomía y el bajo consumo de gasolina también desempeñan un papel importante en estas motos.
La CBR, al montar un motor con un solo cilindro, gasta un poco menos que la Ninja; los consumos son de 4 y 5 litros, respectivamente, cada 100 kilómetros en un uso mixto de ciudad y carretera, a ritmo alegre.
Las autonomías también son generosas: la CBR monta un depósito de 13 litros, lo que le permite realizar unos 295 km, mientras que la Kawasaki, con sus 17 litros de capacidad, será capaz de recorrer unos buenos 340 km sin repostar.
Los tamaños de ambos modelos serán una ventaja para los más inexpertos, ya que son motos ligeras y, aunque aparentan más cilindrada, son de tamaño justo, sobre todo muy a tener en cuenta para ellas o para los menos altos. Con las dos haréis pie sin problemas. La CBR tiene una distancia del asiento hasta el suelo de solamente 780 mm, mientras que la Ninja casi la iguala con sus 790 mm; con estas motos ya no hay excusa, todo el mundo puede subir y dominarlas sin problemas. Por peso tampoco será, ya que ninguna de las dos supera los 170 kg en orden de marcha: la Kawasaki para la báscula en 169 kg y la Honda en 161 kg.
Si estás pensando en disfrutar con acompañante de una estas dos motos, también tendrás que tener en cuenta que hay diferencias entre ellas. Los asientos reservados para el acompañante son bastante benévolos en las dos. A pesar de estar situados prácticamente en el colín, sus tamaños son aceptables, sobre todo en la CBR. La Honda es la única que cuenta con unas prácticas asas, mientras que la Kawasaki obliga a agarrarte donde buenamente puedas.
Es aquí donde entran en escena las motos de iniciación o media cilindrada como las que hoy nos ocupan. La Kawasaki Ninja 250 y la recién llegada Honda CBR 250 R se han creado para un público que, por propia voluntad o obligado por las circunstancias, necesita una moto de menos de 48 CV. Una nueva generación de motos para una nueva generación de moteros.
La experiencia de conducción sobre una de estas cuarto de litro es confortable, ya que tras sendos carenados deportivos se han diseñado espacios que resultan ser generosamente ergonómicas. En los dos casos, por ejemplo, los manillares son altos y solamente con extender los brazos encuentras enseguida los mandos. Como es habitual en Honda, los mandos son especialmente suaves, el embrague es fácil de accionar y el cambio silencioso. La Ninja también es agradecida, pero no llega a ser todo tan suave como en su rival y se nota un tacto más deportivo, más de moto grande. El asiento de la Honda es sensiblemente más cómodo que el de la Kawasaki, pero no serán problemáticos ninguno de los dos, a no ser que pretendas hacer 500 km del tirón. La autonomía y el bajo consumo de gasolina también desempeñan un papel importante en estas motos.
La CBR, al montar un motor con un solo cilindro, gasta un poco menos que la Ninja; los consumos son de 4 y 5 litros, respectivamente, cada 100 kilómetros en un uso mixto de ciudad y carretera, a ritmo alegre.
Las autonomías también son generosas: la CBR monta un depósito de 13 litros, lo que le permite realizar unos 295 km, mientras que la Kawasaki, con sus 17 litros de capacidad, será capaz de recorrer unos buenos 340 km sin repostar.
Los tamaños de ambos modelos serán una ventaja para los más inexpertos, ya que son motos ligeras y, aunque aparentan más cilindrada, son de tamaño justo, sobre todo muy a tener en cuenta para ellas o para los menos altos. Con las dos haréis pie sin problemas. La CBR tiene una distancia del asiento hasta el suelo de solamente 780 mm, mientras que la Ninja casi la iguala con sus 790 mm; con estas motos ya no hay excusa, todo el mundo puede subir y dominarlas sin problemas. Por peso tampoco será, ya que ninguna de las dos supera los 170 kg en orden de marcha: la Kawasaki para la báscula en 169 kg y la Honda en 161 kg.
Si estás pensando en disfrutar con acompañante de una estas dos motos, también tendrás que tener en cuenta que hay diferencias entre ellas. Los asientos reservados para el acompañante son bastante benévolos en las dos. A pesar de estar situados prácticamente en el colín, sus tamaños son aceptables, sobre todo en la CBR. La Honda es la única que cuenta con unas prácticas asas, mientras que la Kawasaki obliga a agarrarte donde buenamente puedas.